jueves, 28 de noviembre de 2013

Liber Amoris or The new Pygmalion


Ficha técnica
Tipo
Texto
Subtipo
Novela
Fuente
Hazlitt, William (1908). Liber Amoris or The new Pygmalion. Thomas B. Mosher.
Año
1823
Características generales
80 páginas
Idioma: Inglés
Objeto

Resumen:
William está perdidamente enamorado de Sarah, una de sus sirvientas, a pesar de estar casado. Durante la primera tercera parte de la novela, se pueden leer conversaciones entre ellos dos. En ellas vemos que William idolatra a Sarah, quien parece ignorarlo. Él la compara con imágenes de mujeres hermosas, le da regalos y no puede encontrarle algún defecto. Ella parece siempre darle negativas de maneras cordiales, pero sin dar señal alguna de estar interesada en él.


Poco más adelante, descubrimos que el amor de William no está del todo infundado. Se menciona que se conocen de casi dos años atrás, y que en algún momento Sarah solía sentarse en las piernas de William mientras se besaban. Sin embargo, en algún momento se alejó de él para ser sólo su amiga.
La segunda parte de la novela consiste en una serie de cartas que dirige William a Sarah y a ciertos amigos. Está de viaje para concretar su divorcio con Sarah Hazlitt. En esas cartas descubrimos de las intenciones de William por casarse con Sarah, y de las conversaciones que tuvo con su padre para pedir su mano, quien siempre le contestó que Sarah tendría que tomar la decisión de casarse o no con él.

Después de enviarle varias cartas a Sarah y de que ella nunca le contesta, William empieza a pensar que ella se enojó con él, o que su supuesto amor por él había terminado por no responderle su correspondencia.

Por último, cuando William está de vuelta, descubre que Sarah lo ignora y que, además, vio a otro hombre. Por casualidad, William se encuentra con ese otro, y le pregunta sobre ella. Juntos descubren que Sarah coqueteó con ellos durante la misma época, y después los anduvo ignorando por igual.
En la última parte de la novela, la cual consiste en narraciones del propio Hazlitt y algunas conversaciones, William se da cuenta de que Sarah no era lo que el creía, y hasta lo habla con ella. Termina en una especie de monólogo en el que afirma que su amor por Sarah no fue más que una ilusión, quedando una imagen negativa sobre ella, llena de desconfianza y odio.


Personajes:
William Hazlitt [Pigmalión]: Es el propio autor del libro el que narra esta historia, parte de su biografía. Aunque no hace una descripción de sí mismo, su personalidad es solitaria y melancólica, es celoso y pasional. Por las fechas que se indican en el libro ronda los 55 años de edad.
Sarah Walker [Galatea]: Es una joven sirvienta en la casa de William, tiene cerca de 20 años. Parece tener fama de ser una joven apegada a las costumbres conservadoras de la época.
Sarah Hazlitt: Esposa de William, de quien se divorciaría por razones no mencionadas a la mitad de la novela.
P. : Es uno de los amigos de William con quien se cartea acerca de Sarah.
C. : Es el otro hombre que Sarah W. cortejaba.

Análisis:
Me parece muy representativo que la primera escena de la novela sea una en la que aparece William, Sarah y un cuadro de una mujer muy bella. William le está diciendo a Sarah que ella se parece a la mujer del cuadro. Sarah lo niega en un tono frío, haciéndole notar al lector las múltiples diferencias físicas entre ellas dos. William, totalmente enamorado, continúa describiendo las similitudes, incluso diciendo que Sarah es más bella que la del cuadro.

En la novela éste mecanismo está siempre presente: el de la explicitación de que William ama a una imagen y no a Sarah (la de carne y hueso) y cómo esto le impide interpretar con asertividad las señales de Sarah. Es decir, pareciera que el amor exacerbado de William afecta su capacidad para significar al mundo. Por sus conversaciones,  Sarah insiste en que William ama a una mujer ficticia, pero él simplemente no la escucha.

Otra característica notable es la similitud de un sentimiento de William con otras versiones de Pigmalión. Es un punto común entre ellas que Pigmalión trate como una mujer real a la escultura antes de que ésta se vivifique. Aquí, el amor de Pigmalión es propulsado por su percepción de que Sarah lo ama, “You are the only woman that ever made me think she loved me, and that feeling was so new to me, and so delicious, that it “will never from my heart”.”

El problema de la vivificación en ésta novela deja muchos cabos suelos. Por una parte, no hay como tal una vivificación de la fantasía de William. En todo caso, podríamos decir que hay una muerte, cuando descubre que Sarah lo engañó al cortejar al mismo tiempo a otro hombre y luego fingir que nada entre ellos había pasado. La vivificación sería una acción continua desde el inicio del libro, una vivificación que existe solamente para William, ya que él está completamente convencido de que Sarah es de cierta forma. Al final la fantasía se desmorona cuando William se enfrenta a la realidad.
“There is one object (at least) in which the soul finds absolute content, for which it seeks to live, or dares to die. The heart has as it were filled up the moulds of the imagination. The truth of passion keeps pace with and outvies the extravagance of mere language. There are no words so fine, no flattery so soft, that there is not a sentiment beyond them, that it is impossible to express, at the bottom of the heart where true love is.”

Hay, sin embargo, una referencia muy nítida al mito de Pigmalión de Ovidio, que arroja un poco más de luz al sentido en que Liber Amoris es una versión del mito de Pigmalión:
“Her words are few and simple; but you can have no idea of the exquisite, unstudied, irresistible graces with which she accompanies them, unless you can suppose a Greek statue to smile, move, and speak.”

Me parece que éste fragmento dota de sentido a la dinámica que se pretende conectar con el Pigmalión: Y es que en éste caso Sarah en los ojos de William es perfecta, tal y como si la fantasía de su mujer perfecta se hubiese hecho realidad. ¡Y de hecho, para él, lo hizo! Simplemente la novela nos sitúa en una perspectiva tal que no nos es posible coincidir con William. 

Hay, también, una conexión al final del libro: cuando Sarah se vuelve real, es decir, cuando la fantasía de William se destruye y queda la Sarah que engaña, y que es ordinaria aparece el siguiente pasaje sobre ella: “Such is the creature on whom I had thrown away my heart and soul – one who was incapable of feeling the commonest emotions of human nature, as they regarded herself or any one else. “She had no feelings with respect to herself,” she often said”. Aquí, se revela que el autor está relacionando a la Sarah real con la escultura, fría, sin emociones, desprovista de la pasión auténtica humana.

Así, integrar ésta novela a la genealogía de Pigmalión sería a manera de inversión. No es vivificación sino destrucción de una fantasía que estaba viva en la mente de William. La historia de la novela no es el proceso mediante el cual la fantasía cobra vida, sino cómo desaparece.

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