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Ficha
técnica
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Tipo
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Texto
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Subtipo
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Novela
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Fuente
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Hazlitt, William
(1908). Liber Amoris or The new
Pygmalion. Thomas B. Mosher.
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Año
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1823
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Características generales
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80 páginas
Idioma: Inglés
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Objeto
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Resumen:
William está perdidamente enamorado de Sarah, una de sus sirvientas, a pesar de estar casado. Durante la primera tercera parte de la novela, se pueden leer conversaciones entre ellos dos. En ellas vemos que William idolatra a Sarah, quien parece ignorarlo. Él la compara con imágenes de mujeres hermosas, le da regalos y no puede
encontrarle algún defecto. Ella parece siempre darle negativas de maneras
cordiales, pero sin dar señal alguna de estar interesada en él.
Poco más adelante, descubrimos
que el amor de William no está del todo infundado. Se menciona que se conocen
de casi dos años atrás, y que en algún momento Sarah solía sentarse en las
piernas de William mientras se besaban. Sin embargo, en algún momento se alejó
de él para ser sólo su amiga.
La segunda parte de la novela
consiste en una serie de cartas que dirige William a Sarah y a ciertos amigos.
Está de viaje para concretar su divorcio con Sarah Hazlitt. En esas cartas
descubrimos de las intenciones de William por casarse con Sarah, y de las conversaciones
que tuvo con su padre para pedir su mano, quien siempre le contestó que Sarah
tendría que tomar la decisión de casarse o no con él.
Después de enviarle varias cartas
a Sarah y de que ella nunca le contesta, William empieza a pensar que ella se enojó
con él, o que su supuesto amor por él había terminado por no responderle su
correspondencia.
Por último, cuando William está
de vuelta, descubre que Sarah lo ignora y que, además, vio a otro hombre. Por
casualidad, William se encuentra con ese otro, y le pregunta sobre ella. Juntos
descubren que Sarah coqueteó con ellos durante la misma época, y después los
anduvo ignorando por igual.
En la última parte de la novela,
la cual consiste en narraciones del propio Hazlitt y algunas conversaciones,
William se da cuenta de que Sarah no era lo que el creía, y hasta lo habla con
ella. Termina en una especie de monólogo en el que afirma que su amor por Sarah
no fue más que una ilusión, quedando una imagen negativa sobre ella, llena de
desconfianza y odio.
Personajes:
William Hazlitt [Pigmalión]: Es el propio autor del libro el que
narra esta historia, parte de su biografía. Aunque no hace una descripción de
sí mismo, su personalidad es solitaria y melancólica, es celoso y pasional. Por
las fechas que se indican en el libro ronda los 55 años de edad.
Sarah Walker [Galatea]: Es una joven sirvienta en la casa de
William, tiene cerca de 20 años. Parece tener fama de ser una joven apegada a
las costumbres conservadoras de la época.
Sarah Hazlitt: Esposa de William, de quien se divorciaría por
razones no mencionadas a la mitad de la novela.
P. : Es uno de los amigos de William con quien se cartea acerca de
Sarah.
C. : Es el otro hombre que Sarah W. cortejaba.
Análisis:
Me parece muy
representativo que la primera escena de la novela sea una en la que aparece
William, Sarah y un cuadro de una mujer muy bella. William le está diciendo a
Sarah que ella se parece a la mujer del cuadro. Sarah lo niega en un tono frío,
haciéndole notar al lector las múltiples diferencias físicas entre ellas dos.
William, totalmente enamorado, continúa describiendo las similitudes, incluso
diciendo que Sarah es más bella que la del cuadro.
En la novela
éste mecanismo está siempre presente: el de la explicitación de que William ama
a una imagen y no a Sarah (la de carne y hueso) y cómo esto le impide
interpretar con asertividad las señales de Sarah. Es decir, pareciera que el
amor exacerbado de William afecta su capacidad para significar al mundo. Por
sus conversaciones, Sarah insiste en que
William ama a una mujer ficticia, pero él simplemente no la escucha.
Otra
característica notable es la similitud de un sentimiento de William con otras
versiones de Pigmalión. Es un punto común entre ellas que Pigmalión trate como
una mujer real a la escultura antes de que ésta se vivifique. Aquí, el amor de Pigmalión es propulsado por su
percepción de que Sarah lo ama, “You are the only woman that ever made me think
she loved me, and that feeling was so new to me, and so delicious, that it
“will never from my heart”.”
El problema de
la vivificación en ésta novela deja muchos cabos suelos. Por una parte, no hay
como tal una vivificación de la fantasía de William. En todo caso, podríamos
decir que hay una muerte, cuando descubre que Sarah lo engañó al cortejar al
mismo tiempo a otro hombre y luego fingir que nada entre ellos había pasado. La
vivificación sería una acción continua desde el inicio del libro, una
vivificación que existe solamente para William, ya que él está completamente
convencido de que Sarah es de cierta forma. Al final la fantasía se desmorona
cuando William se enfrenta a la realidad.
“There is one object (at least) in
which the soul finds absolute content, for which it seeks to live, or dares to
die. The heart has as it were filled up the moulds of the imagination. The
truth of passion keeps pace with and outvies the extravagance of mere language.
There are no words so fine, no flattery so soft, that there is not a sentiment
beyond them, that it is impossible to express, at the bottom of the heart where
true love is.”
Hay, sin
embargo, una referencia muy nítida al mito de Pigmalión de Ovidio, que arroja
un poco más de luz al sentido en que Liber Amoris es una versión del mito de
Pigmalión:
“Her words are few and simple; but
you can have no idea of the exquisite, unstudied, irresistible graces with
which she accompanies them, unless you can suppose a Greek statue to smile,
move, and speak.”
Me parece que
éste fragmento dota de sentido a la dinámica que se pretende conectar con el
Pigmalión: Y es que en éste caso Sarah en los ojos de William es perfecta, tal
y como si la fantasía de su mujer perfecta se hubiese hecho realidad. ¡Y de
hecho, para él, lo hizo! Simplemente la novela nos sitúa en una perspectiva tal
que no nos es posible coincidir con William.
Hay, también,
una conexión al final del libro: cuando Sarah se vuelve real, es decir, cuando
la fantasía de William se destruye y queda la Sarah que engaña, y que es
ordinaria aparece el siguiente pasaje sobre ella: “Such is the creature on whom
I had thrown away my heart and soul – one who was incapable of feeling the
commonest emotions of human nature, as they regarded herself or any one else. “She had no feelings with respect to
herself,” she often said”. Aquí, se revela que el autor está
relacionando a la Sarah real con la escultura, fría, sin emociones, desprovista
de la pasión auténtica humana.
Así, integrar
ésta novela a la genealogía de Pigmalión sería a manera de inversión. No es
vivificación sino destrucción de una fantasía que estaba viva en la mente de
William. La historia de la novela no es el proceso mediante el cual la fantasía
cobra vida, sino cómo desaparece.
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